Al igual que el seguro de decesos, este es un seguro que cubre todos los gastos y trámites necesarios en el fallecimiento de un asegurado, para poder ayudar así a los familiares en momentos tan difíciles.
La póliza tiene carácter vitalicio, por lo que una vez contratada, la cobertura se mantiene hasta que el asegurado decida finalizar el contrato o ante el fallecimiento del mismo.